Ker regresaba a casa después de
haber terminado algunas tareas pendientes con Alexa, mientras caminaba hablaba
por teléfono con alguien que la hacia sonreír sin disimulo, la hacía tan feliz
esos pequeños momentos en que él podía llamarle, la hacían sentir especial.
BILL: Me tengo que ir, pero te aseguro
que estaré para tu cumpleaños, no lo olvides.
KER: Te estaré esperando – Sonando muy
emocionada - Te extraño, y mucho.
BILL: Hem – Nervioso - yo también.
KER: Te quiero, adiós.
BILL: Si – Todo nervioso – Bye.
Ker veía su celular y solo podía sonreír,
no podía evitarlo, Bill era el chico de sus sueños, reunía todas las cualidades
que le gustaba que tuviera su chico ideal, a veces le era difícil pensar que
era real, en otras tantas pensaba que alguien tan bueno no podía existir, pero
él estaba ahí y ella no quería dejarlo ir.
Solo de imaginar ese momento en que
lo volvería a ver era como un sueño, un ideal que ansiaba que se hiciera
realidad, imaginar la escena la ruborizaba y la hacía sentirse nerviosa, tenía
curiosidad en saber cómo se sonrojarían ambos al verse después de varios meses.
X: Ker!!!!
Ker miró
a su alrededor, no parecía conocer la voz pero parecía que él si la conocía. Un
chico delgado y alto se acercaba sonriendo, gorra y patineta desgastada, aun
acercándose con una expresión amigable ella parecía no conocerlo, pero hay algo
que si le quedaba claro, era un chico bastante guapo.
X: Hola, ¿a dónde vas?
KER: Mmm ¿te conozco? – Mirándolo
confundida.
X: ¿Acaso no sabes quién soy? –
Tratando de adivinar si ella hablaba enserio.
KER: Mmm no, ¿vamos en la misma
escuela? ¿Eres alguno de mis vecinos?
X: Mírame bien – Comenzando a
irritarse.
KER: Mmmmm
Ker miraba con detalle su rostro,
sentía que estaba a punto de reconocerlo pero aun así no lograba identificar
quien era. Se mantuvo observando sus ojos, eran la única parte que no encajaban
por completo, eran demasiado dulces, expresivos, lindos, demasiado bonitos para
ser los de un chico.
X: ¿aun no?
KER: ¿Yanné? – Sorprendida.
YANNÉ: Vaya, ¿ya no te acordabas de mi?, hace
poco tiempo que nos presentaron y ¿ya no te acuerdas de mí?
KER: No no, no es eso – Aun más
sorprendida – es que, con esa ropa pues – Titubeando – No te reconocí.
YANNÉ: ¿Si? Oook.
KER: ¿Así te gusta vestirte?
YANNÉ: Si, así me siento mas cómoda y evito a
los idiotas en celo.
KER: Mmmm es buena idea, debería
aplicar tu idea.
YANNÉ: No creo que tú puedas pasar
desapercibida. ¿Ya dónde vas?
KER: A mi casa.
YANNÉ: ¿Te puedo acompañar?
KER: Si, claro – Ker se sentía un
poco ruborizada, sin duda había pensado que era un chico y no era un chico feo.
Ker y Yanné hablaban en el camino
sobre la escuela y el concurso al cual Yanné se había inscrito,
KER: ¿y quién te enseño a tocar la
batería?
YANNÉ: El güero.
KER: ¿El güero?
YANNÉ: Digo Gustav, al principio solo lo veía
ensayar, hasta que un día decidió enseñarme a tocarla, aun que solo pudo
enseñarme lo básico, con eso de que se unió al grupo con los demás ya no tuvo
tiempo para continuar enseñándome, así que tuve que aprender por mi cuenta.
KER: Que bien.
YANNÉ: Gustav ha tenido suerte de que a la
primera encontrara una buena banda, yo no tanto, he tenido varias ofertas pero
ninguna buena, aun que estos últimos dos años un idiota se ha metido en mi
camino.
KER: ¿Cómo?
YANNÉ: Si – Mirando fríamente al frente – Es
un idiota que se cree la gran cosa, lo admito es bueno pero yo soy mucho mejor,
me ha arrebatado el primer lugar dos veces y este año no lo voy a permitir.
KER: ¿Es un chico?
YANNÉ: Por desgracia, pero se arrepentirá por
haberse topado en mi camino esta vez lo aplastare.
KER: Que miedo, eres muy intensa, bueno
espero que ganes esta vez. ¿Cuándo es el concurso?
YANNÉ: Es en una semana, tengo tiempo para
afinar detalles y practicar bien mi presentación.
KER: ¿Y podemos ir a verte?
YANNÉ: Mmmm sí, será un apoyo para mí.
KER: Te echaremos porras, veras que ganaras.
YANNÉ: Presiento que sí.
KER: ¿Y vendrá tu novio?
YANNÉ: ¿Mi qué? – Con cara de horror.
KER: Que si vendrá tu novio.
YANNÉ: No tengo novio, gracias al cielo.
KER: Pensaba que si, eres guapa ¿no
hay ningún chico que te guste?
YANNÉ: No quiero hablar de eso.
KER: Ooook – Confundida
YANNÉ: ¿Y qué estudias?
Las dos continuaron caminando y
hablando de más cosas, habían tenido tanto de que platicar que el tiempo se les
había hecho corto, en un instante Ker había llegado a casa.
KER: Esta es mi casa.
YANNÉ: Esta genial.
KER: Vamos, te invito a cenar –
Sonriendo amablemente.
YANNÉ: Otro día, tengo que llegar a
reportarme con mi tía antes de que vaya a buscarme a los hospitales y hasta en
la cárcel.
KER: ¿Enserio? Entonces te veo
mañana.
YANNÉ: Si, hasta mañana – Yanné estaba por
irse cuando.
KER: ¡Yanné!
YANNÉ: ¿Si?
KER: ¿Podría verte tocar la batería?
YANNÉ: Claro, mañana en la tarde estaré
practicando, ¿vienes?
KER: Si – Emocionada – ahí estaré,
adiós.
YANNÉ: Adiós.
Yanné se despide y se va sobre su
patineta, Ker sonriendo entra a la casa y deja su mochila y algunas cosas que traía
en uno de los sillones, inesperadamente su madre aparece y le provoca un ligero
susto.
KER: ¡Mama!
SRA: Discúlpame hija.
KER: Pero que susto – Recuperando el
aliento.
SRA: ¿Por qué no invitaste a ese
muchacho a cenar?
KER: ¿Qué? ¿Me estabas espiando?
SRA: No no, me asome de casualidad por
la ventana y te vi con ese chico.
KER: Mamá – Mirandola de reojo – no
voy a creer eso de que por casualidad nos viste.
SRA: Si hija, fue solo casualidad, pero
¿por qué no invitaste al muchacho que venía contigo a cenar? ¿Es un
pretendiente? ¿O ya es tu novio?
KER: ¿Quien, Yanné?
SRA: ¿Se llama Yanné? – Pensativa –
Tiene nombre de chica.
KER: Es porque es una chica.
SRA: ¿Una chica?
KER: Si mamá, es una chica, es prima de
Alexa.
SRA: Pero parece un chico – Asombrada.
KER: Si, yo también la confundí, ella
me dijo que le gusta vestirse así porque se siente más cómoda.
SRA: Que chica más extraña.
KER: Voy a cambiarme de ropa.
SRA: Bien, te calentaré la cena.
La madre
de Ker estaba sorprendida, tampoco ella se había percatado de que era una
chica.
_Narra Lilith_ <<Mi
impaciencia por que ya atardeciera había causado que en cuanto viera la señal de
que el sol se ocultaba saliera de mi habitación, quería estar cómoda así que me
dirigí al sillón que estaba en la pequeña terraza de la casa, tenía unos
minutos que había llegado ahí y en mis manos llevaba el libro que Criss me
había dado en mi cumpleaños, me negaba a creer que había una posibilidad de volver
a ser humano, no quería hacerme falsas ilusiones por esa razón no había leído
ese libro hasta ahora, una curiosidades me invadía causando que no pudiera
resistirse más y comenzara a leer ese libro. Apenas llevaba 10 minutos y ya
estaba confundida, cada párrafo que lo componía hacía pensar que todo eso fuera
real, su estructura en definitiva estaba haciendo que comenzara a creer en esa posibilidad
pero no, no podía darme el lujo de pensar en eso, llevaba 2 siglos siendo una
vampiro como para que ahora creyera en esas tonterías, jamás en todo ese tiempo
había visto ese famoso cristal rojo así que para mí no existía, aun que no
entendía como Criss aun sin verlo podía creer en eso.>>
CRISS: Al fin lo lees.
LILITH: Si, aun que está muy
fantasioso.
CRISS: No
seas tan escéptica.
LILITH: No entiendo como se
supone que funciona.
CRISS: Según, el cristal debe atravesar
el corazón de quien quiere volver a ser humano, y si así quiere, el cristal
quedara ahí hasta que la persona muera y cuando esto pase otro vampiro podrá
usarlo. Es como sellar tus instintos de vampiro, es perfecto.
LILITH: Entonces no es que
precisamente vuelvas a ser humano, simplemente sella tu esencia de vampiro, es
decir que mientras tengas ese cristal en el corazón puedes llevar una vida
normal, y la duda ahora está en que si quieres volver a ser vampiro ¿puedes
hacerlo?
CRISS: Si puede, tendría que haber otra
persona quien se lo quite, pero tiene que saber hacerlo o extraerlo con
cuidado, si alguien llegara a destruir el cristal dentro del corazón la persona
moriría sin remedio.
LILITH: Como que eso ya no me
agradó, pero de cualquier manera ya estamos muertos.
CRISS: Todo en esta vida es un riesgo, ¿no
lo crees?
LILITH: ¿He? - <<Esa frase,
alguna vez Brandon me lo dijo, cuando estábamos en el lago, aun lo recuerdo, es
como si lo estuviera viendo, sonreía y se burlaba de mi diciéndome esa misma
frase mientras yo lo salpicaba de agua, despreocupados, sin imaginar lo que se
nos venía encima.>>
CRISS: ¿Lilith?
LILITH: Sorry, me distraje.
CRISS: Claro, me di cuenta de eso.
En ese momento el timbre de la
puerta sonó, se nos hizo extraño, casi nadie nos visitaba, claro solo Amílcar,
quien ayer se había ido a Alemania y Minna, una compañera de trabajo, quien se
había convertido en una amiga para ambos.
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